La Defensa de lo Nuestro
domingo, 6 de marzo de 2016
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En estos últimos mercados de pases se ha vuelto constante el tema de cómo Sudamérica se está quedando sin estrellas porque éstas emigran a temprana edad a otras tierras. Se habla de que China desestabiliza el mercado, se critica a los clubes europeos por contratar a jugadores desde muy jóvenes, a los países árabes por contratar estrellas y no pagarles. Los clubes en América del Sur no tienen los recursos económicos para competir con los de regiones mencionadas anteriormente, pero: ¿qué se puede hacer para cambiar esta situación?
El mayor problema al que se enfrenta el fútbol, y el deporte en general, en tierras sudamericanas es que es visto como un hobby. No se ve como una industria ni un campo serio de trabajo. Ejemplo claro son las discusiones familiares entre estudio y deporte, pues la práctica deportiva quita tiempo para cumplir con las obligaciones académicas. Además de eso, los gobiernos prometen invertir en el desarrollo de las disciplinas y en sus instalaciones, algo que nunca se materializa. Adicionalmente, la ley, en el caso colombiano específicamente, no incentiva a las empresas a invertir en el deporte porque no hay disminución de impuestos o algún beneficio. La excepción de impuestos se da cuando los clubes son entidades sin ánimo de lucro, al no serlo, el patrocinarlos no los atrae.
Las barras bravas es otro tema que desincentiva la inversión en los equipos sudamericanos. Por más que no sean organizaciones propias de los clubes, no son vistas como entes ajenos, por el contrario, son vistas como parte del club. Actos delictivos dentro, como los de la vergonzosa semifinal de la Libertadores 2015 entre Boca y River, y por fuera de los estadios hacen que ninguna empresa quiere ser asociada con una entidad aliada de delincuentes.
La situación económica general del continente no es buena. Las inversiones que deben hacer los gobiernos deben atender a temas más relevantes como la erradicación de la pobreza, generación de empleo, ampliar la cobertura de los servicios de salud, etc. El deporte puede ser un vehículo para ayudar a contrarrestar todos estos problemas. Sin embargo, los proyectos de ley y todas las propuestas que pasen por el gobierno requieren un tiempo para ser implementadas. Hay otras opciones para atraer capital a los clubes.
Los casos más conocidos de inyección de capital en clubes, Chelsea, Manchester City y PSG, demuestran que nada de lo anterior es un impedimento para lograr grandes inversiones de dinero. Los propietarios de estos equipo son un magnate ruso y jeques árabes, no ingleses o franceses. La inversión extranjera es una buena alternativa para los clubes sudamericanos. Lo que se va a vender es una oportunidad para poder hacer negocios con socios locales, o extranjeros, y una ventana en un mercado específico, no un retorno sobre capital. Además, los dueños de los clubes europeos utilizan los eventos deportivos para darle una experiencia a sus patrocinadores y a los socios de ellos, pues no hay nada parecido a firmar un contrato en un palco VIP en una instancia definitiva de Champions League.
Si bien, por razones obvias, el modelo no puede ser copiado igual en América del Sur, vivir la pasión de los hinchas en los estadios de diferentes países, puede ayudar a cerrar negocios a nivel continental. La Copa Libertadores es un perfecto medio para lograr este cometido. Y esto es lo que más se podría explotar, pues aquí el fútbol se vive de manera única.
Retomando el ejemplo de los clubes europeos, gran parte del capital invertido se usó para darlos a convencer a las figuras por fichar en un proyecto deportivo en desarrollo. Aquí no. Aquí los clubes con historia son conocidos mundialmente y ese aspecto los hace ser más atractivos para un futbolista que un club europeo pequeño. Equipos como Corinthians, Boca Juniors, River Plate, Flamengo, Palmeiras, Santos, son marcas reconocidas a nivel internacional que hablan por si solas y ser reconocido como aquella compañía que la acompañó a regresar a lo más alto del fútbol mundial es una muy buena forma de ser reconocido en todo el planeta.
Ganarle al campeón de la Champions League en el mundial de clubes generaría que los grandes medios de comunicación internacionales cubran la noticia y el estar presente en todos los vídeos, fotos y demás registros sería algo que no se lograría ni con una cantidad monstruosa de dinero en publicidad. Sumado a esto, la cantidad de menciones en redes sociales y medios no oficiales sería incalculable. Este efecto solamente lo puede generar el deporte más popular del mundo.
Para que lo anterior tenga un mayor efecto, se debe trabajar en volver atractivo el deporte, es decir, volverlo un espectáculo más llamativo. Esto se logra alejando a los criminales de las canchas, ese proceso se va a demorar un tiempo, invirtiendo en los estadios, fortaleciendo su infraestructura, pues varios tienen una cantidad considerable de años, mejorando los terrenos de juego y entendiendo que el deporte es parte del entretenimiento. Con lo anterior se cubrirán más eventos periféricos, los partidos serán más llamativos y atraerán más audiencia.
Por último, la Conmebol debe trabajar en un esquema de repartición de ingresos más equitativo para las federaciones y los clubes. Primero se debe combatir la corrupción presente en esta organización y en limpiar su reputación. De esta manera el dinero no irá a parar a las cuentas de los directivos sino al fútbol y se conseguirán más patrocinadores, por mayor precio, para los eventos de esta organización.
Estas ideas pueden ayudar a contrarrestar la ida de los grandes jugadores de su continente de origen y que la calidad del fútbol sudamericano vuelva a estar en el nivel que tenía en el pasado.
Autor: Diego Jacobo Ramírez Castillo (Twitter: @Dj_Ramirez6)
Autor: Diego Jacobo Ramírez Castillo (Twitter: @Dj_Ramirez6)
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