Boca se coronó rey de la fecha
domingo, 13 de septiembre de 2015
Comment
Luis Cazzullo/ @luiscazzullo
El día que recibió el llamado para volver a Boca, Carlos Tévez imaginó muchas cosas. Una de esas tantas visiones era volver a la base del enemigo y pintarle la cara, tal y como lo había hecho en el año 2004. El apache no tuvo una actuación descollante, pero sin dudas fue el motor espiritual de su equipo.
El día que recibió el llamado para volver a Boca, Carlos Tévez imaginó muchas cosas. Una de esas tantas visiones era volver a la base del enemigo y pintarle la cara, tal y como lo había hecho en el año 2004. El apache no tuvo una actuación descollante, pero sin dudas fue el motor espiritual de su equipo.
El Monumental se vistió de gala. Los tirantes
cubrían el estadio y decoraban el partido con los colores del local. Globos
rojos y blancos flotaban en el ambiente. Y, por supuesto, banderas de cargadas
al clásico rival.
Sale Boca
Juniors a la cancha y las silbatinas llueven sobre las espaldas de los once
embajadores xeneizes. Hoy son más visitantes que nunca. Del otro lado se
escucha un “Para ser campeón hoy hay que
ganar”, y el conjunto millonario sale a la cancha, con la cabeza en alto,
la espalda erguida y envalentonado por el aliento de sus simpatizantes.
Darío
Herrera, árbitro del partido, se acerca a la mitad de la
cancha, mira a los jugadores y da inicio a la batalla de noventa minutos, al
clásico por excelencia, al juego de la fecha.
27 segundos marcaba el reloj, los espectadores recién
se sentaban en sus butacas y Fernando
Gago caía. El número 5 xeneize habría sufrido una rotura del tendón de
Aquiles. El dolor es indescriptible, al mediocampista le duele y llora. En el
banco, el director técnico y los compañeros se toman la cabeza. Pero, señores,
esto es futbol y el uruguayo, Nicolás
Lodeiro lo sabe. Se calza los botines e inmediatamente salta a la cancha,
cuando el reloj marca tres minutos.
Marcelo gallardo, entrenador de River Plate, cometió un error. Rompió uno de los pocos axiomas que
posee este deporte. La regla dice: “no hay dos partidos iguales”. River salió a
jugar el partido con el mismo estilo de juego que había usado en los últimos 3
enfrentamientos: cediéndole el balón a Boca y parado para la contra.
En los primeros 15 minutos Boca era más. Y el
millonario se dormía.
En una jugada River quedó mal parado. Sebastián Palacios, delantero xeneize,
aprovechó su velocidad y dejó que Eder
Álvarez Balanta tomará una foto de su dorsal. El veloz atacante se acercó
al área y envió un pase a Tévez que sólo tenía a Marcelo Barovero como oposición. El apache quiso hacer una de guapos
que “Trapito” adivinó, pero no
controló.
Embalado y a la carrera, el recién ingresado Lodeiro
se encontró con una pelota huérfana dentro del área millonaria. Sin vacilar y
sin elegancia, como en el barrio, el uruguayo reventó la pelota contra las redes
del arco local. 25 almas (jugadores y cuerpo técnico) gritaban gol delante de
60.000 personas.
A levantarse muchachos. River saca rápido e
inmediatamente se acerca a la zona que custodia Agustín Orion.
Minutos más tarde entramos en la zona de las patadas
y los empujones, típico de cada superclásico. Cristian Erbes inaugura la lista de amonestados. Marcelo Meli y Leonardo Ponzio lo secundan.
Ponzio se tira imprudentemente y golpea a Erbes. El
volante merece la roja, según todo el plantel auriazul, que se dirige
vehementemente al referí para reclamar la expulsión del volante millonario. Herrera
se limita a marcar tiro libre para los visitantes.
El conjunto local crece cada vez más. Con base en
jugadas de pelota parada, los millonarios temblar las piernas de más de un
hincha xeneize que mira la televisión. Boca se paró para la contra y pudo haber
agrandado la ventaja luego de que Emanuel
Mamana intentara jugar donde no se debe. Meli aprovechó y robó el esférico,
y se embaló hacia a los tres palos que custodiaba Barovero. La corrida lo deja exhausto
y ya no puede pensar claramente. Ve a Palacios entrar solo por el segundo palo
e improvisa un pase muy desviado. Boca se pierde el segundo.
Gallardo, estratega, decide que el partido de Ponzio
finalice. Teme que un arranque de mal
genio lo saque y deje a su equipo con diez jugadores. El tablero
electrónico indica que Lucho González
lo reemplazará.
Tanto el juego ofensivo, como el defensivo, pasan
por los pies de Lodeiro. En ataque gambetea y le da fluidez a los pases cortos.
En la defensa decide ser el mosquito en la oreja de Matías Kranevitter. El
jugador de la banda roja no puede abrir la cancha, ni hacer jugar a sus
compañeros.
Boca asusta con una serie de tiros libres, mientras
que River aprovecha su velocidad por las bandas. El recién ingresado, González,
dejó como estatua a Peruzzi y arrojó
rápidamente un centro que Alario casi canjea por un grito sagrado.
Sobre el final del primer tiempo, los millonarios comenzaron
a atacar, pero es tarde. Final de la primera mitad. Gallardo tiene mucho que
hablar, mientras que el “Vasco” Arruabarrena tiene que ajustar algunos
engranajes.
Arranca el segundo round. River lanza el primer
golpe. Carlos Sánchez desborda y
arroja un centro para la testa de Alario que conecta. Era gol y empate, pero
no. El portero xeneize desplegó las alas para volar y sacar la pelota de las
gargantas de muchos espectadores. Un “uuuuuuuh”
generalizado en todo el estadio.
En el amanecer de la segunda mitad, River se instaló
en los tres cuartos de Boca. Los de La Ribera se amotinaron para resistir los múltiples
embistes.
El partido se cobra otra lesionado. Lucho González
se retira con molestias luego de haber jugado 25 minutos. El encargado de
relevarlo es Tabaré Viudez. El
clásico está más charrúa que nunca.
Luego de que Fernando
Tobio cometiera una falta infantil, los de Núñez se perdieron el empate. Gabriel Mercado no pudo empujar la pelota
se fue de los límites del campo de juego. River ya no juega en tres cuartos de
cancha, juega en el área visitante y en sus bordes.
Boca no se impacienta y cuando tiene la pelota se
encarga de hacerla rodar sobre el pasto. Cuando la pierden, van al piso para
reclamar la falta y tratan de llegar lo más tarde posible a su cita con los
saques de banda.
Quedan menos de 20 minutos y el público local está
por explotar su paciencia. “movete y dejá
de joder”, le dicen los hinchas a su equipo.
River quiere jugar por abajo, pero no puede. La presión
xeneize es férrea y constante. Aprovechan errores de Balanta que no tuvo un
buen día y llegan a inquietar a Barovero.
Los últimos minutos se vivieron de manera tensa. La transpiración
de los hinchas de Boca se convirtió en hielo y el nerviosismo de los hinchas de
River caía sobre su frente en forma de gota.
Una última jugada pudo haber cambiado el resultado.
Pero no fue así. Rodrigo Mora erró
un buscapiés tras un error de Daniel
Díaz. Herrera miró su reloj y final. Boca se quedó con el clásico.
“Ganamos a lo Boca, volvió todo a la normalidad” sentenció
Carlos Tevez, segundos antes de emprender un pique para festejar con sus
compañeros en la mitad de la cancha.
0 Respuestas a "Boca se coronó rey de la fecha"
Publicar un comentario