Racing acaricia la copa

El rojo reinaba en sus tierras pero unos cuantos albicelestes se vistieron de espartanos para poder pelear contra un gran ejército. La academia pudo ganar un clásico en tierras extranjeras luego de 14 años.

Los equipos de Avellaneda jugaron a no perder. El partido se volvió llano y sin nada de sorpresas. El rojo iniciaba mejor con un Vera obsesionado por el gol y, del otro lado, un Gastón Díaz empecinado en evitar la unión de balón y red.

El Cebolla Rodríguez se plantó en la mitad y trató de ser el pulpo del rojo. Matías Pisano bailó e hizo malabares con el balón pero ningún movimiento tuvo la trascendencia necesaria.

El partido estuvo inundado en el mediocampo. No se llenó de agua, sino de jugadores académicos. A los 38 todo iba encaminado hacia un empate. Pero los jugadores blanquicelestes no querían volver con los bolsillos vacíos. La pelota quedó en manos de Gustavo Bou que con más vehemencia que ideas avanzó sobre terreno enemigo y empujó la pelota a la red. Independiente 0 – Racing 1.

El rojo sacaba y cuando todavía no estaba asentado en su campo, recibía el segundo gol. Romero sería el encargado de embestir al rival. Con un sutil toque colocó la pelota en la esquina del arco que custodiaba Diego Ruso  Rodríguez.

En el segundo tiempo, Mauricio Pellegrino, DT de Independiente, pateaba el tablero e introducía en el terreno a Lucero (por Cebolla Rodríguez –lesionado-) y a Aquino (por Pisano). El entrenador cambiaría de arma: reemplazaría el juego por el suelo por los movimientos aéreos. 

Racing se plantaría, decididamente, para el contraataque con un Bou guerrero. El conjunto académico tuvo las cosas mucho más fáciles después de que el árbitro, German Delfino, expulsara a Diego Rodríguez Berrini.

Diego Vera fue el único que se acordó de jugar el clásico y asustó en algunos momentos a Sebastián Saja. El DT racinguista Diego Cocca plantó una línea de cinco en el fondo con el ingreso de Voboril por Cerro, una muralla impenetrable.

Los gladiadores blanquicelestes se encuentran a centímetros de la Libertadores mientras que los de rojo deberán batallar y presentar una mejor imagen que la que dejaron en casa propia.