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Rápidos y furiosos en Avellaneda

Rápidos y furiosos en Avellaneda

El local estrenaba pintura azul, mientras que el visitante salía al campo con sus clásicos colores. Los hinchas enloquecían al sentir el rugido de los motores. Los 22 conductores, divididos en dos equipos, ponían primera y soltaban sus embragues.

La autopista estaba rápida y una muestra de ello fueron los primeros 30 segundos. Cinco toques le bastaron a Racing para acercarse al área rival; y un despeje le sobró a Gimnasia para realizar el primer tiro detenido, con el cuerpo, por el central Lollo.

Los empleados de la caseta de peajes, del mediocampo, parecen haberse tomado su tiempo para comer porque ambos equipos se movían con total libertad. Ataques y contraataques de un lado y del otro; pérdidas de unos y robos de otros.

A los veinte minutos, Racing pisaba el acelerador y quería adelantarse a su visita. Acuña cambia los botines por un pincel y dibuja un magistral pase que Cerro no pudo transformar en gol por unos centímetros.

La academia logra sacar una vuelta de diferencia, cuando tras un pelotazo, los centrales de Gimnasia fallan: uno pisó el freno cuando no debía y el otro no pudo despejar. El error es capitalizado por Gustavo Bou que logra anotar su séptimo gol en el torneo. La hinchada explota y revienta de algarabía.

Racing aprovecha la ventaja anímica del gol y comienza dar muestras de un fútbol de alta gama: un toque, pausas y llegadas al arco. Los jugadores de Gimnasia se rinden ante los veloces cambios de marcha de RicardoTitoNoir.

El lobo platense pierde aceite en todos lados y los mecánicos en boxes no parecen dar respuesta. Apenas un tiro desde lejos logra que la cámara enfoque a Sebastian Saja, que controla sin problemas la pelota.

Luis Álvarez pita e indica el final del primer tiempo. El resultado es injusto. La academia merece, como mínimo, irse por dos goles más arriba.

El hincha de Racing empieza el segundo tiempo ilusionado, y eso se evidencia en sus cánticos.
Cerro y Acuña guían la caravana azul. Aumentan y disminuyen la velocidad cuando es necesario. Le dan aire y dinamismo al juego académico.

A los 5 minutos, Bou volantea y deja su área. El peligro late sobre el área de Navarro. El goleador bordea el área con la pelota y envía un centro rasante para Noir. El ex Banfield, logra tocar el balón, que a su vez choca contra la espalda de Barsottini y se incrusta en las redes.

A los diez del segundo tiempo, Racing ve la bandera a cuadros. Gimnasia se queda sin respuesta.

Los de Avellaneda acurrucan el balón en la mitad de la cancha. Los de La Plata no lo encuentran y lo buscan sin vehemencia. El lobo no tiene la pelota y cuando lo tiene no puede hilvanar tres pases seguidos.

En una jugada aislada, Noir pone quinta para llegar a una pelota, en tanto que Pouso se tira con vehemencia tocando la pierna del rival. El árbitro cobra falta y, como en el semáforo, el rojo es negativo. Gimnasia se queda con diez.

El lobo pierde en todos lados, sus mecánicos deciden sentarse y dejar que el partido se acabe.
El hincha de la academia decide animar la noche alentando, saltando y rompiéndose las manos para aplaudir el esfuerzo de sus jugadores.


No da para más. Álvarez terminaba el paseo de Racing. El lobo se despide de la pelea y el torneo. La Academia se prende más que nunca en la pelea, pone sexta y llega de la mejor forma para enfrentar al clásico rival.

Gol de Bou

Barsottini en contra:



Twitter: @luiscazzullo

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