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SEVILLA CIERRA EL PASE A LA FINAL EN BALAIDOS

SEVILLA CIERRA EL PASE A LA FINAL EN BALAIDOS

Los de Berizzo nadaron para morir en la orilla luego del doblete de Iago Aspas que dio esperanzas durante unos minutos a un Balaídos entregado, pero el sueño termino con los goles hispalenses.

Sin nada que perder y mucho que ganar salió al Celta a un Balaídos que era una fiesta a pesar del resultado adverso de la ida (4-0). Berizzo salía con el once más ofensivo posible con Wass partiendo desde el lateral derecho y una dupla de ataque formada por Iago Aspas y Guidetti además de un centro del campo muy ofensivo como principales novedades. Enfrente, el Sevilla de un Emery que no reservaba ni a los apercibidos Rami y Kolo, presentaba como principal diferencia respecto a la alineación de gala a Iborra en la medular.

Con todo esto, el conjunto gallego intentó dar un ritmo inicial frenético que el buen orden defensivo y la velocidad de los extremos hispalenses consiguió frenar.

La lluvia incesante que había caído durante los últimos días en Vigo empezaba a hacer el césped muy pesado, por lo que tanto Rubén Blanco como Sergio Rico eran meros espectadores del encuentro.

Guidetti buscaba los desmarques de ruptura que facilitaran la rotura de la muralla defensiva rival, pero éste siempre estaba en el alambre del fuera de juego. En uno de esos, algo dudoso, se empezó a calentar el partido con piques entre unos y otros jugadores que acabó con un ayudante de Emery expulsado.

Esto encendió a Balaídos y a su equipo, que encontró el primero de la noche por medio de Iago Aspas. El de Moaña inició la jugada con una buena apertura a Orellana, que esperó hasta el último instante para ver al propio ‘9’ celeste en el segundo palo rematar a placer.

Sin embargo este gol no consiguió avivar la mareona celeste y hasta en dos ocasiones Iborra pudo poner las tablas en el marcador de una estrategia que seguía haciendo mucho daño a los de Berizzo como en los partidos anteriores.

Así con una ventaja mínima a la vez que intranscendente se marchaba el Celta al descanso ante un Sevilla que no había sufrido en demasía y tenía encarrilado su pase a la final de Copa.

En la reanudación Iborra volvió a dar otro susto a los de Berizzo con un cabezazo completamente sólo que no encontró portería.

Respondía el plantel celeste con un par de indecisiones de Sergio Rico que a punto estuvo de costarle caras al guardameta, si no llega a ser porque Iago Aspas falló lo infallable.

Los charcos sobre el verde se acumulaban y en estas se sentía más cómodo el conjunto local, que había obligado a su rival a dar un paso más atrás a la hora de defender.

Sergio Rico era un manojo de nervios y lo volvió a demostrar después de un centro-chut de Wass que dejó muerto en el área pequeña para que Iago Aspas hiciera el segundo también a placer.

Fue entonces cuando Emery decidió dar un poco más de oxígeno al centro del campo dando entrada a otro de los apercibidos con perderse la última ronda como N’Zonzi por un Iborra agotado.

En la jugada siguiente Banega volvió a demostrar por qué era el jugador con más calidad de los 22 sobre el césped, y después de plantarse sólo en el área, con un derechazo enmudeció a la exaltada afición viguesa.

El equipo local, antes de venirse abajo ante los cuatros tantos que tenía que hacer para superar la ronda, se rehízo por medio de ‘Super-Guidetti’. El  sueco se quedó sólo ante Sergio Rico y éste la barrió para hacerle un penalti que a buen seguro pudo ser roja. Sin embargo, Martínez Munuera le decidió sacar la amarilla y en la definición, el propio ‘11’ celeste engañó al guardameta pero se topó con el palo.

Con el lamento de Guidetti, que se levantaba los pantalones en un signo de rabia, parecía darse por perdida la eliminatoria. Más aún cuando Berizzo empezó a mover el banquillo, introduciendo a Jonny y Radoja por unos ‘fundidos’ Wass y Radoja.

Emery también aprovechaba para dar descanso a alguno de los suyos como con Carriço y Banega. Cristóforo y Konoplyanka entraban en su lugar a falta de todavía más de un cuarto de hora por delante para firmar volver a una final copera seis años después.

Como durante todo el encuentro, Vitolo tuvo el empate en la siguiente acción pero Rubén Blanco se impuso también al extremo canario.

Restaban todavía diez minutos y la ‘Rianxeira’ se escuchaba en Vigo a pesar de que no tenían ninguna opción ya para encontrarse con el Barça. Los jugadores celestes seguían intentándolo pero sería el propio Sevilla el que pusiera las tablas en el marcador.

Vitolo, incansable desde el primer minuto, luchó por un balón que no tenía mucho futuro de ganarlo, y no sólo lo hizo si no que tras disparar a puerta se encontró con una media asistencia a Konoplyanka.

La única nota negativa para el conjunto hispalense fue para N’Zonzi, que vio la amarilla con la que decía adiós a la final en las postrimerías después de un codazo sobre Pablo Hernández  cuando la jugada no traía peligro.

El Sevilla alcanzó así su octava final de la Copa del Rey, la primera des de 2010. Este será un duelo inédito porque el club hispalense nunca se ha encontrado al Barça en esta ronda de la competición de su Majestad.

Para debate goleador @gmoaehz16

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